Hace tiempo venimos pensando el concepto “salvaje", observamos búsquedas cada vez más intensas de “experiencias salvajes”, una revaloración del concepto y al mismo tiempo una necesidad de protección de lo salvaje. Pero, ¿qué es salvaje? y más aún…. ¿de parte de quien lo salvaje es salvaje? Con estas preguntas presentes y de la mano de la antropóloga Rosana Guber, comenzamos el viaje recorriendo diferentes momentos de lo salvaje a lo largo del tiempo. Malinowski, los “Cannibal Tours”, los fueguinos y la historia de Jemmy Button fueron algunos momentos en donde nos detuvimos a ver el concepto de lo salvaje en esos contextos.

En la conversación surgieron varias antinomias: salvaje vs domesticado, salvaje vs civilizado, salvaje vs orden, salvaje vs artificial. Para el cocinero Diego Castro lo salvaje es aquello original, su planteo gira alrededor de lo salvaje como protección, una reconexión con lo que somos originalmente y nos fuimos olvidando. En esta línea, una afirmación que nos causó cierta inquietud a todos se sintetiza en “nos estamos olvidando de parir”, enunciado inquietante tanto por su significado concreto como por el simbólico.

Ese olvido como pérdida de una capacidad original nos hace más vulnerables, nos aleja de lo libre, lo auténtico, lo espontáneo para convertirnos en seres “hiperdomesticados”. En este marco, el concepto de salvaje se transforma en una herramienta de protección ante la estandarización, el exceso de análisis, en definitiva, el exceso de civilización. Tal vez esta sea una respuesta posible a uno de los interrogantes que atravesaron el workshop: ¿por qué hoy se impone la necesidad de reconstruir lo salvaje?